Yo me reservo un Chandón bien helado y un habano cubano que - como todos los años - consumiré en la puerta de casa mientras los vecinos se saludan en la vereda. Y me guardo un abrazo bien fuerte para el Tío, donde quiera que esté; una sonrisa medio llorosa (porque siempre lloriqueabamos juntas) para la Tía; un recuerdo de colonia de pino y Chesterfield para el abuelo; un gustito a calamares en salsa para la abuela y dos frases para Oscar: "La mesa es una ceremonia" y "Herrrrrrrrmoso, herrrrrmoso"... todo bien cerquita de las guerras de miga de pan y corchos que duermen desde hace años en el olvido.
Despediré con cariño al 2007, que me cobijó estudiante y me despacha graduada. Un año en el que la gente que uno más ama en el mundo gana dos veces la batalla contra la Parca, merece ser acompañado en su agonía y saludado con honores, aunque se me escapen unas lágrimas de sólo pensar en estrenar las inciertas páginas en blanco del 2008.
Vendrán tiempos de lucha, de aprendizaje y de sacrificios que - como pasa siempre - uno intuye cuándo empiezan, pero nunca sabe con exactitud cuánto habrán de durar. Lo más importante es salir enriquecido y fortalecido del proceso, que es lo que espero me suceda.
Vaya un deseo similar para quienes tengan que enfrentarse a la adversidad y para quienes ya la hayan superado. Que sea este un año de hacer, de resolver, de avanzar, de trabajar y de emprender. Que no nos sorprenda su diciembre con cosas pendientes, que no se nos pase la vida planeando, que no nos quedemos debiendo nada.
Un especial augurio de resultados positivos y balances en verde para todos y una frase, a manera de recordatorio: "La vida es eso que te pasa cuando estás ocupado haciendo otros planes".
¡¡¡ Un excepcional 2008 para todos!!!