Cambiar es morir un poco

{ martes, 22 de junio de 2004 }
Mientras hago planes mentales para las próximas fechas de parcial, me detengo a escuchar la noticia del día: los piqueteros cortando el Puente Pueyrredón, los piqueteros ocupando por la fuerza un tren, los piqueteros bloqueando las boleterías en Constitución con banderas argentinas.

Eso es lo que quedó del país? Hacer patria es arruinarle el día al que labura, al que viene o va a la Facultad, ocasionarle un sufrimiento adicional a quien va al Hospital a visitar un pariente enfermo? Qué tristeza me da...

Todos los días me levanto a las 7 de la mañana y voy a la Facultad o a trabajar - según el día - esperando que algún día mi esfuerzo sirva para marcar una diferencia. Creo firmemente que perfeccionarme a través del estudio me permitirá algún día aportar un granito de arena para cambiar la realidad de este país. Sueño con viajar por el mundo pero, honestamente, no sé si podría vivir en otro lugar.

Cómo separarme de mi gente, del barrio que me vio nacer, de los amigos que me tendieron la mano, del país que me hizo lo que soy? Porque, seamos sinceros, si vamos a la Facultad, es porque todavía tenemos Universidades públicas; si trabajamos, es porque aún el país se mueve; si caminamos por las calles sin miedo a que un coche bomba nos pase a mejor vida... es porque podríamos estar peor. Soy consciente de que tenemos problemas graves, de que no vivimos en Suiza... pero también sé que tenemos un futuro. Tengo 21 años y siento que está en mis manos cambiar las cosas. Quiero comprometerme con esta Nación a no votar a los mismos de siempre, a creer que se puede, a trabajar con honestidad, a pensar, a reclamar, a no callarme la boca, pero sobre todo a HACER. Mi compromiso no tiene nada de altruísta, sino que es totalmente interesado: no quiero que mis seres queridos salgan a la calle con miedo, ni que lleguen 3 horas tarde a destino porque los trenes no funcionan o porque los piqueteros cortaron el tránsito, me resisto a creer que nunca volverá a haber Justicia, me niego a aceptar que mi país es de cuarta categoría.

Ahora bien... se me presenta un problema: no puedo hacerlo sola. Necesito de ustedes, que están del otro lado. Para que esto se termine definitivamente, es preciso que cada uno de nosotros asuma el compromiso de construir la Patria desde su lugar. Seguramente habrá por ahí un Profesor que quiera contribuir a mejorar el sistema educativo, un Doctor o Licienciado en Economía con un plan económico mejor, un Licenciado en Ciencias Políticas que nos explique cómo se deja de ser "país esclavo" y se empieza a ser "país soberano", un Doctor en Medicina que haga funcionar el sistema de salud como corresponde, una persona con vocación política que merezca ser votada. No hace falta fundar un partido

político ni tener una ONG. Hace falta un pacto de honor con el país. Cada uno desde su ámbito, con su gente.

Si esto es tan cierto para ustedes como lo es para mi, entonces esta noche voy a soñar con un tiempo mejor, donde las cosas sean un poco más fáciles, donde la verdad sea un poco más frecuente, donde los chicos sean muchísimo menos realistas, pero sobre todas las cosas, donde la bandera no sea un emblema del piquete, sino un símbolo del orgullo que cada argentino siente por el suelo en que nació.

0 comentarios: