Soy muy buena jugando. Conozco las reglas, algún secreto, una que otra táctica. Me desenvuelvo como pez en el agua frente a mis oponentes y los desafío todo el tiempo, mientras río adivinando sus jugadas.
Pero... cómo jugar cuando no se quiere ganar la partida? El dilema es claro: si gano, podría no obtener lo que quiero - en tanto NO SÉ qué quiero - y si pierdo, me encuentro ante idéntica posibilidad.
Ir a menos sería insultar a un oponente de lujo. Debo hacer mi mejor esfuerzo. Pero no quiero.
Quiero patear el tablero y, por una vez, jugar con reglas ajenas. No saber a qué atenerme, esperar, probar, quizás sumar algún punto sin darme cuenta.
Ahora bien, ¿cómo luchar contra mí misma?. Porque en el juego sin reglas pierdo el control, la seguridad de conocer la estructura, la certeza de saberme buen rival. Y me ataca la ansiedad... llevándome al estado en que me encuentro ahora: insomne, agobiada, cansada, perdida... y lo que más me molesta: temerosa. Tengo miedo de dar un paso en falso que se traduzca en una pérdida irreparable, tanto para mí misma como para mi oponente.
Y sí... me importa mi rival. Pienso cómo repercutirán mis jugadas en su estrategia, aún cuando debería preocuparme únicamente por ganar tanto terreno como me sea posible con mis fichas negras.
Por qué me tocan las negras? Por qué siempre le tocan las blancas? Será algo así como la lucha entre la luz y la oscuridad? Estaré destinada a ser Darth Vader en esta película? Cuántas preguntas sin responder!!! Cuánta incertidumbre!!
"Es la incertidumbre
lo que te enamora.
Mil besos sin dueño
bailan en mi boca"
Dice el Ángel Gris de Caseros... pero yo odio la incertidumbre y necesito certezas urgentemente.Sólo me queda decidir si cambio el Reversi por el Ajedrez. Pero me parece que voy a optar por seguir tu consejo... y no voy a jugar más a nada.
(En los líos q uno se mete despues de un reversi)
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