Zonas erróneas

{ viernes, 22 de octubre de 2004 }
Continuando con la saga 'educativa' para hombres (Ver "No es bueno que el hombre esté solo...) hoy me propongo develar ciertos pormenores referidos a la interacción íntima. Reitero la advertencia que he efectuado anteriormente: este post está escrito en tono jocoso, con lo cual nadie habrá de sentirse ofendido y mucho menos tomar al pie de la letra lo que aquí se expone... esto es simplemente un parecer, hijo de las magras [(léase casi dos) jajaja] experiencias que quien escribe ha tenido en sus 21 años de vida.



Error nº 1: Falta de delicadeza o NO son pelotas de fútbol!!!!

Es de lo más común que ciertos atributos femeninos resulten bastante maltratados mientras arde el incontrolable fuego de la pasión. Es, asimismo, comprensible que ustedes - que tienen más fuerza que nosotras - no se den cuenta de que están cayendo por la barranca de la brusquedad.

Ahora... hay cosas que son simplemente crueles!! Cada una sabe cómo le agrada que la toquen, pero creo que la mayoría coincidirá en que el método "Exprimiendo una naranja que me olvidé hace un mes en el freezer" no es de lo más placentero.

A ver señores, piensen en aquellos lugares en que no les da el sol... e imaginen que alguien se empeña en apretujarlos y retorcerlos con saña ¿Es eso remotamente agradable? Eh? Eh? Ahhh... ven!! No es tan divertido ahora, no?

Mi consejo: si notan que la chica que los acompaña está llorando de dolor, es el momento de ser un poquito más delicados!!



Error nº 2: Lesiones graves

Todos disfrutamos de alguna mordida propinada con justeza, más cuando la consecuencia de esa mordida es un espantoso moretón púrpura, la cosa cambia un poco. Generalmente - y salvo que vuestra acompañante viva sola en un inhóspito rincón de la Patagonia - la marca la obligará a salir a la calle con bufanda aunque haga 40 grados, al tiempo que maldice el momento en que posó los ojos en el perpetrador.

Sucede que las mujeres somos malas... y nunca (por mandato expreso del género) dejamos pasar un moretón sin preguntar con sorna y a los gritos: "Uhhh... te caiste de la escalera y te lastimaste el cuello!?" mientras el millón de personas que viaja en el mismo vagón de tren que nosotras sonríe socarronamente y nos mira con complicidad.

Mi consejo: muerdan, pero tengan en cuenta que existe el delito de lesiones!!



Error nº 3: Desnudando el alma al público

Quieren enojar a una señorita y que ésta les caiga a golpes cual Mike Tyson? Pues exhiban su anatomía en un lugar público!!! Eso les conseguirá una buena dosis de ira y, si tienen suerte, hasta una patada en la ingle.

Ya creo haber dicho alguna vez que hay dos cosas que uno NUNCA JAMÁS debe decir, insinuar o dar a entender a una dama:

1. Que está gorda (así esté embarazada de 15 meses)

2. Que es... digamos... "ligera de cascos" (así trabaje en Godoy Cruz)

Pues bien, levantarle la ropa en público condensa ambas cosas, en tanto la deja como una chica fácil frente a los transeúntes y exhibe las zonas de su cuerpo que la preocupan y la tienen comiendo lechuga desde septiembre hasta abril.

Mi consejo: si la hacen, háganla bien... QUE NADIE LOS VEA!!!



Error nº 4: Toquetear sin ton ni son

Nada peor que un hombre desesperado por encontrar la forma de entusiasmar. Eso de andar metiendo mano por cualquier lado a manera de "ensayo y error" es desagradable, incómodo... y marea!!!! Una no termina de decidir si le gusta que le toquen X, y ya está más salada que una papa frita de Mc Donald's de tanto manoseo.

Más vale ir tanteando con cautela, interpretando gestos y reacciones, que realizarle un chequeo médico a la desafortunada acompañante!!!

Mi consejo: si no saben, pregunten... pero OJO! Nada de groserías del estilo: "Te cabe que te chupe el codo?" Por Dios les pido!



Error nº 5: Sin prestar atención la cosa no va, Doctor, no-va!

Las ansias son a veces muy fuertes, y a uno le cuesta concentrarse y asimilar que quien está enfrente nuestro no es una muñeca inflable. Es lógico que en ciertas circunstancias no podamos pensar con claridad... (si "mientras" están resolviendo una ecuación cuadrática, mejor se visten y se van!) pero muy distinto es emprender la tarea como si estuvieran solos. Es preciso prestar atención por dos razones fundamentales:

1. Para poder crear ese círculo virtuoso que se da cuando la reacción del otro a nuestro estímulo nos estimula

2. Porque si María se siente incómoda probablemente los deje en compañía de "Manuela"Nadie pretende conversaciones filosóficas o revelaciones trascendentales... simplemente interactúen!!!Mi consejo: Traten de prender el radar y captar cómo está su compañera, perciban con el instinto el próximo paso... y van a ver que la expresión de maniquí de Etam desaparece de la cara de ella, dejando lugar a una sonrisa Colgate!!!!



PD: Chicas, no puedo explicarles cómo me reí escribiendo esto!!!!!

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