CUMPLEAÑOS II - EL regreso

{ sábado, 17 de julio de 2004 }



He aquí a mi grupo de amigos / parientes / víctimas de cumpleaños. Son mi gente... esa que es de fierro. Festejamos hace más de un mes en un hermoso restaurant de Quilmes. La pequeña multitud que se congregó para celebrar conmigo, hizo de mi vigésimo primera celebración de cumpleaños un evento único en su especie. Quiero decir, la pasé de puta madre. El festejo continuó con un paso por El Bosque, previo espectáculo de magia (1000% recomendable) del caballero conocido entre sus íntimos como "Pipi". Un verdadero maestro.  



Decir BASTA

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Cuándo es el momento de tirar la toalla? Se me ocurre que puede ser:

1. Cuando un grupo de 50 personas destruye un edificio público con total impunidad y sin que nadie los detenga

2. Cuando un tipo de 60 años, sin trabajo, decide vender droga para alimentar a su familia y acepta con una entereza que destruye que la Policía lo detenga por ello sabiendo que los suyos pasarán hambre

3. Cuando la Justicia está de paro... (qué ridiculez... me imagino a la estatua cruzada de brazos y con cara de ¡¡Quiero mi aumento o no sostengo más la balancita!!)

4. Cuando da verguenza decir "Soy argentino/a"

Y ahora me pregunto... si se dan todas esas cosas y uno sigue adelante, vendría a ser como--- digamos... un boludo atómico, no? Pero es así. Siempre se sigue. Parafraseando a Pinti: pasan presidentes, ministros, gobernadores y opositores y quedan los boludos. Boludos que se levantan a las 6 de la mañana, cobran poco, laburan mucho, van a la Facu, estudian Inglés, no hacen piquetes, no rompen Legislaturas, no matan de hambre a 37 millones de personas, no tienen yates ni cuentas en Caimán y ahorran años para comprarse un placard.

Yo soy una de esas boludas. Es cierto, no sé decir basta... no tengo alma piquetera. No le digo basta a la realidad de mierda que me toca vivir, ni a los compañeros de Facultad que se abusan de la buena onda, ni a los que se dicen amigos para poder pedirte favores... Pero estoy orgullosa de quien soy. Extremadamente orgullosa. No sé si muchos podrán decir eso... pero es así. Creo que soy exactamente lo que quiero ser, con mis miles de defectos y mis pocas (pero de las buenas, jajaj) virtudes, y eso no es decir poco. Todo esto no significa q yo sea un ejemplo de nada ni q sea mejor o peor q el resto de los mortales...  SOY ASÍ. No sé decirle BASTA a lo adverso que tengo enfrente... simplemente le pongo el pecho como mejor me sale. Y estoy muy complacida con eso. Conformista? Puede ser... muy probablemente nunca sea líder de una revolución al mejor estilo Castro o Guevara, pero siempre estaré del lado de la revolución de las ideas, de la apertura mental, del que labura y, como axioma de cabecera, de la excelencia como meta última.

De ángeles y demonios

{ miércoles, 7 de julio de 2004 }
Todos tenemos dentro nuestros ángeles. Son esas actitudes, sentimientos y pensamientos que nos hacen buena gente, que despiertan en los demás cariño y admiración. Yo los descubro a veces y me hacen sonreir al pensar: "Bueno, parece que no soy tan dura como quisiera". Una palabra de aliento para el que perdió las esperanzas, un abrazo silencioso para tratar de mitigar el dolor, una mirada que dice "Te quiero".

Sin embargo, los ángeles tienen su contracara nefasta. Hay demonios que nos habitan y, a veces, nos dominan. Esos malhumores de domingo a la tarde, esas ganas de no ser, el dolor de cabeza hijo del cansancio, tirar papeles en la calle, herir con la palabra, el egoísmo, la indiferencia,el pesimismo, la tristeza y el peor de todos ellos: el odio. Si sólo tuvieramos demonios... menudos hdp seríamos. Me los descubro de lunes a viernes, especialmente por la mañana. Toman el control cuando no tenemos ganas de ser amables, esos días en que después de tres examenes, dos piquetes y una discusión hemos desistido en nuestro intento de ser personas. Generan en los otros unas ganas incontenibles de golpearnos hasta dejarnos inconscientes.

Afortunadamente, la diferencia entre ángeles y demonios está dada porque los primeros surgen espontáneamente, sin que los llamemos... sin que podamos reprimirlos , mientras que los segundos sólo aparecen cuando bajamos la guardia, viene cuando los dejamos venir. Por eso, la tarea para casita que me autoimpondré hoy es reprimir mis demonios y potenciar mis ángeles. En suma: ser mejor persona.

Pero que conste que es una tarea para las vacaciones, por lo que se termina ni bien empiece el ciclo lectivo... (y bueno, no puedo ser buena gente por demasiado tiempo por dos razones: 1. Me doy asco cuando soy muy dulce y 2. La bondad saca lo peor de mi)