Sean yo por un día

{ viernes, 27 de agosto de 2004 }
El siguiente post es desordenado, dinámico, enroscado... muy diferente a todos los demás. Lo escribí para que vean cómo pasan los días en mi cabeza, de dónde salen las delirantes reflexiones de este Blog. Espero que les sirva para darse cuenta que tengo derecho a estar así de loca...



REVELACIÓN Nº 1: CUANTO MÁS CORRAS PARA LLEGAR A TIEMPO, MÁS INTRASCENDENTE SERÁ LA CLASE.

Abro los ojos. Miro el reloj. ¡Me quedé dormida!. Corro para verstirme y trato de no dejar nada de vital importancia (como por ejemplo, un riñón) olvidado en casa. Corro el colectivo dos veces, porque tomo dos para llegar a la Facultad. Bajo - corriendo, por supuesto - del 130, alguien me toca desde atrás... es Gaby!. Corremos juntas hasta la entrada. Nos despedimos hasta el mediodía y subo corriendo la escalera. Me siento... respiro. Llegué!El Dr. no llega, los ayudantes desesperan ante la mirada de 60 pares de ojos que los observan con curiosidad. Me aburro, me enojo, ME VOY!!Junto mis cosas y voy al bar para un intento de desayuno. Son casi las 10. Me levanto y corro hacia la fotocopiadora, convenientemente llamada "Express". El calco de Nike que tengo pegado en la carpeta me dice: CORRE... sonrío y me pregunto: Más todavía? Llego al aula, me siento, curso, corro para llegar al almuerzo con Gaby. El teléfono no deja de sonar y se hace tarde otra vez y ... adivinan?? SÍIII!! Corro. Corro escaleras arriba (y la concha del arquitecto que diseñó esta Facultad llena de escaleras!!) mientras hablo por teléfono. Llego, entro, me siento... me muero de cansancio!!

REVELACIÓN Nº 2: LA NECESIDAD DE QUE ALGO TE SALGA BIEN ESDDIRECTAMENTE PROPORCIONAL AL TIEMPO QUE TE LLEVARÁ CONSEGUIR QUE SUCEDA.

¿Qué puto recoveco del Destino hace que todo lo organizada que soy no sirva de nada para las cosas realmente importantes? No hablo de un exámen ni de un fin de semana en Pehuajó, sino de cosas de la vida... eventos, sucesos, hitos . No sé, no me importa, le saco la lengua al Destino mientras me encojo de hombros.

REVELACIÓN Nº 3: ¿Y TU VIDA? ¿PARA CUÁNDO?

Te odio cunnado me decís cosas así, que me dejan pensando el resto del año... pero te quiero tanto, que te perdono!! jajaja

Y pienso, y me pregunto... podré definir mi vida? Qué es? Cómo está compuesta?

Facultad... parte, pero no.

Trabajo... idem Facultad.

Familia... trascendental, pero no exige determinación alguna por mi parte, son un tótem para mí y yo para ellos.

Amigos... ídem Familia.

Y sé exactamente a qué te referís, pero lo eludo. Me hago la boluda olímpicamente. Deberían darme el oro!¿Cómo se hace? Cómo logro hacer por mí lo mismo que hago por los demás? No me doy idea. No es nada fácil, eso sí lo sé.Supongo que se da solo, que no se puede provocar por mera voluntad o intención. "Todo llega y vos sos muy joven"... Sí, pero a esta joven no le pasan las mismas cosas que al resto... y la joven se cansa de ser distinta. Quiere ser igual a todos y no parecerse a nadie. Y no sabe cómo. Y no quiere esperar más.

REVELACIÓN Nº 4: EL RELOJ MARCA 14:51

Me decido a esperar hasta las 15:00. Por ellos, porque se lo merecen. Porque 9 minutos de mi tiempo no valen más que su felicidad.

REVELACIÓN Nº 5: "9 MINUTOS DE MI TIEMPO NO VALEN MÁS QUE SU FELICIDAD"

¿Qué tiene que ver 'mi' con 'su'? Dónde está el nexo causal? Mientras lo escribía, lo entendí... ¿y tu vida? ¿para cuándo?. Si bien A-M-O, me encanta usar mi 'mi' para que 'su' SU se haga realidad, si uso mi 'mi' en otra cosa que no sea un YO, las posibilidades de encontrar a mi MI se reducen proporcionalmente al agotamiento de los recursos que la vida me ha dado para buscarlo. ¿Se entiende algo? (Seeee... uds. me entienden!)No soy tan miserable como para emplear mis recursos para ayudara a otros con la esperanza de que ellos usen para ayudarme a mi los que tienen a su alcance. Eso es dar para recibir, y yo doy por el placer de hacerlo. Lo entiendo... pero... no, gracias. El reloj marca las 15:00... es hora de seguir corriendo.

Una palabra tuya bastará para sanarme

{ martes, 24 de agosto de 2004 }
Acuso recibo de mi bíblico título, pero considero que es el único adecuado para condensar las implicancias del tema que quiero exponer hoy.

Me pongo seria por un momento y reflexiono: ¡Qué fuerza tiene el poder de la palabra!. Un abrazo nos hace sentir protegidos, pero esa protección puede ser ilusoria en tanto podemos ser abrazados por quien busca lastimarnos. Una mirada - "Los ojos son el espejo del alma" - puede acercarnos un poco al Universo inexpugnable que se esconde tras la piel del ser querido, pero no existen certezas: tenemos la mala costumbre de interpretar lo que sentiríamos nosotros, en vez de preguntarnos lo que sentiría el otro (La diferencia es quizás muy sutil, pero creo que me explico claramente). En estos días me he escuchado a mí misma repetir hasta el cansancio una frase de mi propia autoría (o al menos eso creo... si perteneciera a algún célebre filósofo, autor y/o compositor y por algun motivo se hubiere instalado en mi subconsciente como propia, ruego me lo avisen) que, creo, expresa bastante bien la frustración de quien ama con locura: "El amor sólo llega hasta donde empieza la piel del otro". Esas mariposas que habitan nuestro estómago, esa energía que nos impulsa a abrazar con desesperación, esa sensación de desconcierto que provocan los intensos besos del ser amado y hasta la fuerza que nos recorre en el momento cúlmine de la intimidad... quedan encerradas dentro de la prisión de nuestro cuerpo y nos hacen lamentar la veracidad del viejo adagio de la Física: "La materia es impenetrable". Nunca podremos hacer que el otro sienta en carne propia lo que nosotros sentimos. Podemos confiar - por comodidad del mero convencionalismo - en que sentirá lo mismo dentro suyo y comprenderá lo que nos pasa... pero ¿qué pasaría si el azul que yo veo no fuera el mismo que ves vos? ¿y si lo que yo conozco como azul, se ve verde a través de tus ojos?. No existen certezas en el ámbito de las percepciones. Nos limita la barrera insoslayable del propio ser... y nos angustia, nos destruye, nos carcome. Y entonces está la palabra, echando un manto de piedad sobre nuestras noches de insomnio. Si te digo "Te amo", no importa si lo digo porque siento mariposas en el estómago o cocodrilos en los pulmones. Te amo... y eso lo explica todo. Sé que estarán pensando que eso también es un convencionalismo... pero coincidirán conmigo en que no hay nada de convencional en la expresión citada. No es convencional ni cómodo transformar la denotación de dos palabras en un aluvión de connotaciones. Es una forma de permeabilizar nuestra piel, de abrir una ventanita directo al alma, de explicar lo que no puede ser explicado ni descripto. Es cierto, las palabras no alcanzan para resumir los sentimientos y sensaciones que nos recorren... o quizás si. Quizás, si somos sinceros y empleamos esta herramienta con nobleza, podremos abrir con la mente lo que nos está cerrado por el cuerpo. Estamos acostumbrados a usarla de manera equivocada. Si me decís que me querés, decímelo en serio. Si vas a insultarme, asegurate de hacerlo porque sentís VERDADERAMENTE la necesidad. Si vas a abrir la boca, asegurate de que lo que salga de ella provenga de tu corazón y no de tu cabeza.

Soy partidaria acérrima de la "Honestidad brutal". No me mientas para protegerme... me estarías subestimando. No me mientas para protegerte... estarías desconociendo las consecuencias de tus actos. No me mientas.

Parafraseando al poeta... construí con tus palabras un puente indestructible, que una tu alma con la mía y que deje que mi amor llegue más allá de los límites de tu anatomía. Dejame entrar en tu alma, como yo te dejo entrar en la mía: con sinceridad, con respeto y sin orgullos innecesarios.

Esto que digo no es aplicable solamente a nuestro "significant other", sino también a nuestros amigos, a nuestra familia y hasta a nuestros enemigos. Las palabras resuelven pleitos, achican diferencias, calman el llanto, destierran la angustia, enamoran, hieren, destruyen, acompañan, enseñan, separan, concilian y matan.

Por eso les digo, TE digo... si aceptás mi desafío, si te abrís, y compartís sinceramente conmigo la revolución que se gesta dentro tuyo, la vida será más fácil, porque podremos desterrar la suposición y las dudas en pos de las certezas. Y entonces sí, una palabra tuya bastará para sanarme.

Falta de inspiración... y las disculpas del caso

{ lunes, 23 de agosto de 2004 }
Hoy no tengo ganas de reflexionar en profundidad... sino simplemente de mirar el parpadeo del cursor hasta que me agarre sueño o se me ocurra una idea brillante... lo que suceda primero. Tengo ganas de algo nuevo, de una emoción estremecedora, de poder cumplir algún sueño de los tantos de mi lista, de hacer brillar mi sonrisa... pero como no creo poder concretar nada en el futuro cercano, debo conformarme con la vil rutina y esperar... quizás soñar, quizás vivir, quizás...







PD: Perdón por el pobre contenido... pero a fin de cuentas... tengo ganado el derecho de escribir boludeces, no?

¿Sos feliz?

{ viernes, 20 de agosto de 2004 }
El insomnio me muerde con fuerza inusitada. Miro a mi alrededor y siento la blancura del techo cernirse sobre mi cabeza. Esta noche, mi habitación es diez talles más chica. Una catarata discurre por mi cabeza con lo que, calculo, habrán de ser mis pensamientos. A esta altura, van tan rápido que no logro identificarlos. Frases incoherentes se agolpan, pugnando por tomar alguna forma definida y salir: "Vivo entre el deseo de caer y el miedo a la caida", "La frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta", "Las visitas a la morgue son los miércoles", "El viernes me operan para sacarme los pólipos", "¿Hablaste con ella? ¿Qué te dijo?", " Me encantan tus ojos","La venganza será terrible", "El rotativo del aire informa. Hora: Cinco y cuarenta y siete de la madrugada". No entiendo cómo pasó tan rápido el tiempo... si hace diez segundos eran las doce y empezaba el programa de Dolina... cómo pueden ser casi las seis de la mañana??? A dónde se fueron mis ocho horas de sueño? No tenía yo un paquete de cigarrillos recién empezado? Alguien me robó por lo menos 12 y tuvo el descaro de dejar todas las colillas en mi cenicero. La pregunta que antes me provocaba llanto amenaza con salir a flote otra vez, pero ya no le temo. Alguien se entretenía en formulármela siempre... allá lejos y hace tiempo cuando en madrugadas como esta nos queríamos con locura, casi como jugando. Al principio, el "Sí!!!!!" se me escapaba entre los dedos casi sin pensarlo... pero el tiempo, inexorable y tirano, lo cambió por un "No sé" sin que me diera cuenta. El "No" se alojó en mi alma sin contratos de locación y sin posibilidad de desalojo. Fueron tiempos de oscuridad en la Tierra Media de mi espíritu... ubicada en algún rincón de mi anatomía. Me cuesta localizarla, porque no la veo entre mi corazón y mis pulmones... me gusta imaginarla en un espacio menos accesible para los cirujanos. En esas épocas empecé a temerle. Ya no era divertido que me lo preguntaran ni era gratificante responder(Las cosas se ponen tan grises a la madrugada que la vida parece una película de Chaplin). Pero las palabras son como el agua... se las puede demorar con un dique, pero no se puede detener su avance. Y la pregunta volvió. Tuve que aguantarme la angustia y dejar caer el "No" con desgano... tantas veces, tantas noches. Y pensaba en Neruda... pienso mucho en él. "Como todas las cosas están llenas de mi alma, emerges de las cosas, llena del alma mía". Pensaba que quizás no se refería a una mujer amada (creo que tanta profundidad de pensamiento y de expresión se extiende más allá del mero horizonte de una espalda... llegando hasta la vida misma y, por extensión, hasta "ELLA", que es la meta de nuestra existencia mortal), sino a ese tesoro que yace en las pequeñas cosas. De la oscuridad del alma surge la tristeza, el llanto, el dolor. De su intensa luz, el amor, el gozo... y ELLA. "Emerges de las cosas, llena del alma mía". Y cuando alguien hace LA pregunta, uno se pone a pensar y analiza la vida como un contador, los libros de una empresa. Se detiene cuidadosamente en el Debe y revisa con frenetismo el Haber, contieniendo la respiración ante la posibilidad de un balance negativo. El alivio llega pronto cuando el número es verde, porque no hay nada más alentador que poder dar un "sí" como respuesta. En definitiva... ahí se resume todo, no? No hay nada más allá. Cada sacrificio y cada error cometido. El amor de los que amamos, lo que somos y hasta lo que queremos ser. No es casual que, al encontrarnos con alguien que hace mucho no vemos, preguntemos "Estás bien?" en lugar de hacerle LA pregunta... no preguntamos porque no queremos que nos pregunten. Porque a veces es duro recibir el "No" de un ser querido. Porque tenemos miedo de tener que pronunciarlo nosotros. Ya no le tengo miedo. Y por ello, con toda impunidad me pregunto:

- ¿Sos feliz?

- Sí, señor... en efecto.

Noches porteñas

{ miércoles, 11 de agosto de 2004 }
En la noche del boliche, no hay lugar para sinceridades inútiles. Proliferan los personajes pintorescos, refinados por años de salidas nocturnas: el gracioso, el simpático, el dulce, el galán, el experimentado y el popular borracho lamentable son los preferidos entre ellos. Nosotras nos inclinamos por la femme fatale, la top model, la tímida, la puritana, la que es "un amigo más" o la que - luego de unos tragos y varias decepciones - está de rifa. (Me causa gracia el término, pero Ger, tenés razón... existe!). Lo triste de esto es que cuando llega la mañana del Lunes, todos volvemos a ser los mismos. Estudiantes responsables, trabajadores eficientes, contadores respetables o sacerdotes y monjas de clausura que se encierran de Lunes a Viernes en sus órdenes respectivas, esperando la pesca de fin de semana. Y nos olvidamos del nombre del rubio (¿o era morocho?.. Es q no se ve un carajo!) bajito que nos transamos atrás de la barra o tratamos infructuosamente de adivinar cuál es la cara que se esconde detrás del "Fulana" del celular, que no marcaremos jamás, por miedo a que su voz nos recuerde que es el esperpento al que le tiramos onda para hacerle la mano a un amigo. La disco es un teatro verdaderamente fantástico... una superproducción de Hollywood que al productor no le cuesta un centavo, si consideramos que los actores y actrices pagan por su vestuario y maquillaje, escriben sus guiones, ensayan solos, se presentan puntualmente a trabajar y encima pagan entrada! Si tenemos la suerte de pegar buena onda con alguien, empieza el juego (casi puedo escuchar el tará ta ta ta tá... PLAAAAAY BAAAAAALL!). ¿Me llamás o te llamo yo? ¿El Lunes es muy pronto para verse? ¿Pensará que soy una arrastrada? ¿Será muy de baboso si la llamo antes del Viernes?... Y el infaltable ejercicio matemático - que implica gran agotamiento mental, por cierto - de calcular fecha y hora del llamado teniendo en cuenta que éste debe producirse exactamente en la mitad del tiempo transcurrido entre la última y la próxima salida. Estoy harta de las boludeces que, se supone, son parte de la socialización ¿Qué ley exactamente impide que una persona sea como es en todo momento y lugar, encuentre a otra - que, por supuesto, se muestre como es -, se llamen cuando tengan ganas, salgan, la pasen bien y no tengan que andar inventando gansadas por miedo a quedar "mal"? ¿Cuándo se "queda mal"? Si la respuesta a eso es "Cuando la cosa no es recíproca", creo que entonces, más que quedar mal, no queda... o sea, si no va, se habla y listo. Si en vez de estar maquinando habláramos un poco con las personas ganaríamos muchísimo tiempo que - caso contrario - usaríamos para mirar con cara de imbéciles el teléfono o para inventar delirantes diálogos mentales que nunca tendremos con el otro. Es lamentable la forma que toma la interacción social... pero me explayaré otro día al respecto porque tengo que ir a sentarme al lado del teléfono.

Las vacaciones según pasan los años

{ domingo, 1 de agosto de 2004 }
Tras larga ausencia, debida a ciertos desperfectos que experimienté con mi PC (Gracias Fer, sos mejor que Bill Gates!!), he vuelto al ruedo en el cyberespacio de Blogspot.Mi única esperanza es que me hayan extrañado, al menos un poco.Estas vacaciones fueron demasiado conflictivas como para permitirme un adecuado - y merecido, che! - relax. Hubiera querido disfrutar a pleno del "Dolce fare niente", pero la gripe, el hígado y otros malestares me impidieron hacer lo que otros años: salir, reencontrarme con el ocio, la lectura, las páginas web de tests y la televisión basura, todo ello en compañía de mi gente.Según pude observar, con el paso de los años las vacaciones se tornan un período cada vez menos fantástico. Pasan de ser ese tiempo de "alpedismo" a convertirse en una época donde uno se hace el postergado análisis de sangre, se pone al día con las tareas del hogar atrasadas (léase limpieza de placards, lavado de cubrecamas y tirado de papeles), visita familiares y lee esos textos que, durante el ciclo lectivo, marcó como "Segundo parcial" y arrojó en el fondo de un cajón, creyendo que la segunda mitad del año estaba demasiado lejos como para que recordáramos algo en ese momento si los leíamos ahora.Dónde quedó, me pregunto, ese misticismo de los días sin obligaciones. En cuál de todas las bolsas de papeles lo tiré? O lo habré lavado despiadadamente con Mr. Músculo al rociarlo sobre los vidrios llenos de terrumbre de la ventana de mi cuarto? Ojalá fuera tan fácil recuperarlo... algo me dice que se fue diluyendo en algún rincón de mi espíritu a medida que fui cumpliendo años. Con los años, viene la consciencia, acompañada de ese afán de previsión tan molesto: "Si no me hago el chequeo ahora, no voy más", "Mejor no voy al bautismo de la hija de la sobrina de la amiga de mi cuñada, prefiero quedarme leyendo el artículo 530254 del código aduanero del Imperio Azteca, por si me lo llegan a preguntar en el exámen del 20 de noviembre"... Qué asco! Cómo envidio esas preocupaciones banales de los que son más jóvenes que yo... esa histeria que los ataca cuando se aproxima el 9 de Julio... sabiendo que después de esa fecha serán libres de pelotudear todo lo que quieran. Despertarán a las 6 de la tarde sin ningún tipo de culpa (Hoy me desperté a las 12.30 y pensé: "Perdí toda la mañana" ja... como si alguna vez hubiera sido madrugadora!), se tirarán en un sillón a mirar el programa de Mauro Viale y luego partirán con rumbo desconocido, para reaparecer a las 10 de la mañana. Qué lindo!!!!Pero bueno, cada uno debe vivir la vida de acuerdo a la edad y las responsabilidades que tiene... y disfrutar del tiempo libre de la mejor manera posible. Extraño la despreocupación por el mañana, que parecía tan lejano en esos años, pero me gusta saberlo próximo al hoy y construirlo a paso firme. Dentro de muchos años... cuando estos veintipico sean un recuerdo, miraré con nostalgia hacia atrás y diré: Qué linda época esa en la que soñaba con construir el hoy! Y me sentiré tan inconformista como ahora al escribir este post.





PD: Este espacio lo reservo para mi amigo-hermano Seba, que ha decidido comprometerse con su novia, Andrea. Les deseo toda la felicidad del mundo y les agradezco por compartir este momento conmigo. Felicitaciones por haberse encontrado el uno al otro... ya son una naranja entera!