Vínculos, síntomas y sentimientos

{ martes, 31 de marzo de 2009 }
El otoño viene demorado, se hace desear, se esconde detrás de un sol que raja la tierra y una temperatura de 32 grados. Marzo empieza a parecerse a Enero, tanto en el clima como en mi humor y me encuentra más aturdida que de costumbre, con el estómago lleno de mariposas, el corazón cargado de ilusiones y la sonrisa a flor de boca.
Aunque hace mucho tiempo que no la escucho, en mi cabeza suena todo el día una canción de Serrat que empieza a parecerme un plan antes que una metáfora. A veces pienso que el destino me trajo a este punto de mi vida y otras veces me parece que debo tener algún problema neurológico que explique este cambio de conducta, este change of heart.
Parece casi una consecuencia natural de otras cosas que sentí en el pasado, una proyección de mi romance con un país limítrofe que recae en un par de ojos brujos que me persiguen a donde quiera que voy, que me generan esta ansiedad que no es por ansias, este dolor de estómago que poco tiene de síntoma y mucho de sentimiento.
Y me siento acá, escuchando a Sabina, a ver si logro superar un malestar que no está nada mal. Intentando ver si la receta para el síntoma funciona igual con el sentimiento, vomitando párrafos sin sentido en un vano intento por purgar esta enfermedad del espíritu. De más está decir que no me está dando ningún resultado, especialmente ahora que tengo la certeza de que él también me extraña.
Creo que esta noche voy a volver a sentarme en el patio, a escuchar música en portugués envuelta en el humo de un cigarrillo, a intentar vencer la distancia a fuerza de suspiros y a pelearle cuerpo a cuerpo a la anestesia recordando sus besos, con la esperanza de que mi sencillo ritual establezca entre los dos ese vínculo que me canso de anhelar y soñar.


Tu nombre me sabe a hierba
Joan Manuel Serrat


Porque te quiero a ti, porque te quiero
Cerré mi puerta una mañana y eché a andar
Porque te quiero a ti, porque te quiero
Dejé los montes y me vine al mar

Tu nombre me sabe a hierba
De la que nace en el valle
A golpes de sol y de agua
Tu nombre me lleva atado
En un pliege de tu talle
Y en el bies de tu enagua

Porque te quiero a ti, porque te quiero
Aunque estás lejos yo te siento a flor de piel
Porque te quiero a ti, porque te quiero
Se hace más corto el camino aquel

Tu nombre me sabe a hierba
De la que nace en el valle
A golpes de sol y de agua
Tu nombre me lleva atado
En un pliege de tu talle
Y en el bies de tu enagua

Porque te quiero a ti, porque te quiero
Mi voz se rompe como el cielo al clarear
Porque te quiero a ti, porque te quiero
Dejo esos montes y me vengo al mar