No me gusta ser mujer (Perdón, Nacha!)

{ jueves, 17 de marzo de 2005 }
Y no... hoy no me gusta ser parte del género "sensible". Hoy quisiera tener esa simpleza que tienen los hombres.
Hoy quisiera poder decir: "Todo bien, si no tenés ganas de verme, llamo al flaco que me invitó a salir 300 veces en los últimos 10 minutos y hago un servicio a la comunidad". Pero la verdad que no puedo.
No tengo ganas de soportar un ganso durante 3 horas para terminar la velada con una miserable sesión de besos - porque, obvio... soy mujer!!, y ni en pedo pienso hacer más que eso - y volverme a mi casa lamentandome por perderme el maratón de 46 horas de "Cocina Fácil", en Utilísima Satelital.
Quisiera poder tomar taxativamente y sin reparos tus palabras, quisiera creer que: "Tengo que estudiar" significa EXACTAMENTE eso y no suponer que quisiste decir:"Prefiero estudiar de nuevo toda la carrera antes que pasar 10 segundos viendote la cara". Pero... soy mujer... y no puedo.
No puedo con mi genio, no puedo evitar que - muy en el fondo - una pequeña vocecita me susurre: "Mmmmm... será cierto? Qué te habrá querido decir?"... aunque quiera ahogarla a golpes, aunque prefiera morirme atragantada con mis palabras antes que decirte nada, no puedo evitar escucharla y que mi cabeza se llene de pequeños y desenfrenados monos tití.
Como a la cigarra, "tantas veces me mataron, tantas veces me morí", tantas veces me dijeron chau! sin que me diera cuenta... que ahora no sé reconocer cuando me están echando flit y cuando me están diciendo la verdad. Y en ese aspecto - acusen recibo, hombres del mundo!! - debo confesar que estás pagando la deuda kármica... sin darme cuenta te estoy haciendo responsable por los que no tuvieron huevos suficientes como para decirme de frente que ya no tenían ganas de estar conmigo.
Puedo soportar que te canses, que te aburras, que te fugues con Pampita o simplemente que mi compañía ya no te sea grata... pero nunca que no me lo digas en la cara.
Quedate tranquilo... no va a haber escena de llanto, ni preguntas, ni humillantes súplicas. Soy mujer... pero no tanto.
Si te vas, sólo quisiera poder darte las gracias.
Ahora, si verdaderamente estás ocupado, voy a buscar mi lápiz de labios, a pararme frente al espejo y - renegando de los divagues mentales que me acosan - voy a escribir bien grande: "NO ME GUSTA SER MUJER!!!"

Hot tips para hombres solidarios

{ martes, 15 de marzo de 2005 }
En una nueva entrega de la "Saga educativa para hombres", me propongo dejarlos espiar - sólo un poco - la mente de la mujer que han llevado a su cama.
Supongamos que han seguido mis consejos, progresado en sus relaciones inter-género y conseguido establecer un vínculo con cierta continuidad con una señorita de vuestro agrado. Han salido varias veces, se conocen y el grado de intimidad ha ido creciendo hasta llegar a la puerta del dormitorio.
Ya hemos hablado de las circunstancias previas - entiéndase "más-que-un-beso-menos-que-un-revolcón" - en el apartado "Zonas erróneas". Ustedes han conseguido entusiasmar. Y ella ha consentido (tácita o expresamente) consumar.
Se impone entonces exponer ciertas consideraciones de importancia, referidas a cómo proceder. Cabe destacar que, una vez que han cruzado el umbral de la recámara, no hay consejo que supla las apetencias de cada uno y la comunicación entre ambos, no obstante lo cual, entiendo que el género femenino coincidirá conmigo en los lineamientos generales que me propongo develar. A saber:

1. El poder de la palabra
Muchas veces y en diversos contextos he expuesto la importancia que reviste la comunicación verbal. Pues bien, entre las sábanas también es importante hablar.
No me refiero a discusiones sobre el reciente retiro de Gabriel Batistuta - que es una verdadera pena!!! - o a un intercambio de ideas a propósito de la reforma del plan de estudios de la UBA, sino a la emisión de ciertas interjecciones indicativas de vuestro estado psico-físico.
Si el procedimiento que la dama está llevando a cabo es de su agrado, es muy importante que se lo hagan saber pero CUIDADO con la terminología!! Consideren que es la primera vez que comparten un lecho antes de proferir imprecaciones del estilo: - "Eso me gusta. Te lo enseñó tu mamá?" Por favor, un poco de educación, muchachos.
Nada empece al uso de ciertos términos "vulgares", pero estos han de estar bien empleados y en ningún momento han de hacerle sentir a su acompañante que es demasiado ligera, salvo que busquen estropear el clima que tanto les ha costado generar.
Por otra parte, si el procedimiento desarrollado no es de su agrado, la regla se mantiene. Nada de: -" Sacá la mano de ahí!! Estás loca, yegua?"
Un simple gesto de disgusto comunicará eficazmente lo que quieren decir y no herirá los sentimientos de la señorita con la mano desorientada.
Un dato: Generalmente, las mujeres encontramos muy estimulante que nos hablen "mientras tanto". Una o dos frases bien construidas serán de gran ayuda para dejar contenta y feliz a la partenaire y para aumentar las probabilidades de reiterar el encuentro.

2. Tanteando el terreno
La exploración no autorizada de ciertas zonas de la anatomía femenina puede hacer que se lleven un chasco que de por tierra con todo lo que tenían previsto para el resto de la noche.
Ustedes saben que - frecuentemente - encender la libido de una dama suele ser un trabajo que requiere mucha paciencia. Entonces, traten de cuidar el fruto de ese trabajo. Nadie pasa un año cuidando un peral para luego pisotear las peras, no??
Si no están seguros de que la joven está dispuesta a consentir determinado procedimiento que tienen en mente, es mejor ir aproximándose con cara de disimulo y con muchísima sutileza, a fin de evaluar su respuesta, antes que ir directo al grano con desenfreno, porque si a la dama no le agrada que le arruinen el peinado y ustedes la toman salvajemente por el cabello, es muy posible que se genere en ella un rechazo de proporciones colosales que acabe en un portazo.
Intenten que les ofrezcan una mano antes de aferrarse con desesperación al codo. Tengan paciencia.

3. Reparto equitativo
Creo que la actitud que más aprecia una mujer en el hombre que se encuentra al otro lado de su cama es la que se desprende del lema "Uno para cada uno".
Si es la primera vez que sostienen un encuentro íntimo, se supone que querrán quedar lo mejor que se pueda.
Pues bien, si la cuenta de las veces que cada uno alcanza el clímax queda como el marcador de River contra Deportivo Barrio Gráfico (10 a 0) a favor suyo, la conclusión que es posible extraer de la velada es muy poco favorable para ustedes.
A pesar de que las mujeres no sentimos gran pasión por el fútbol, no nos gusta ni un poco perder por goleada, porque es un claro indicador de egoísmo, desinterés y falta de solidaridad. De más está decir que las mencionadas "virtudes" no dejan ganas de que vuelvan a tocarnos un solo pelo.
Si tienen esperanzas de devolver la muñeca de goma que guardan en el ropero, procuren repartir tan equitativamente como les sea posible. Un 4 a 3 es garantía de que tendrán buena fama entre las amigas de la señorita y - aún más importante - de que no necesitarán reparar pinchaduras para volver a disfrutar de compañía femenina.

4. Qué parte de NO no entendiste?
La tenacidad es una virtud que ha de ser reservada a metas como recibirse de apicultor o armar un equipo para jugar todos los jueves. Si lo que se pretende poner en práctica no es compatible en lo más mínimo con los gustos de su compañera, no se me pongan pesados.
Nada más irritante que un señor sentado de espaldas en el borde de la cama, haciendo pucheros y vociferando: "No podés ser tan cerrada!! Qué tiene de malo que quiera depilarte las cejas con una pinza de punta??? A mi ex le encantaba!!"
Lo que no gusta, no gusta. No hay lugar para las imposiciones a la hora de la interacción íntima. Por algo se le dice "interacción"!!
Si se desviven por ponerlo en práctica, hablen con ella y explíquenselo sin ponerse caprichosos. Quizás con un poco de tacto logren despertar su curiosidad y las consecuentes ganas de experimentar eso que a ustedes tanto les gusta, pero si la respuesta es "no"... mejor resignarse y tratar de explorar cosas nuevas que agraden a ambos.
Ah! Una advertencia: El factor sorpresa está fuera de la discusión!! Si ella ya ha expuesto que no quiere que la bañen en chocolate, no intenten probarle su punto de vista arrojándole una olla de cobertura para tortas encima ni bien le abran la puerta. Créanme... no funciona.

5. Un as bajo la cama
Esto va de yapa. No, está bien, no me lo agradezcan. (jajaja)
Si la velada ha sido más que aceptable y la dama desea reiterarla, este dato les será de gran utilidad: guárdense algún truco de los buenos para la próxima. No quemen todos los cartuchos en la primera cacería... quédense con uno bien explosivo para la segunda vuelta.
Imaginemos lo siguiente: se portaron bien, me hicieron caso y las cosas fueron sobre rieles. Se concerta un segundo encuentro, llega el momento de la verdad y ustedes despliegan su vasto y perfeccionado repertorio de mimos, que resulta exactamente igual al del encuentro inmediato anterior. Si ella se fue del primer encuentro pensando: "Muy bueno!", regresará del siguiente pensando: "Estuvo bien", que no es lo mismo.
Por el contrario, si en medio de la noche la sorprenden con una caricia que no pusieron en práctica la vez anterior, la dama pensará: "Epa... cuidado con Amílcar que se las trae!!" Y la dejarán preguntándose qué le tienen reservado para la próxima.
Cuando se les acaben las novedades y hayan agotado las de sus amigos, tienen dos opciones:
A) Recurran a Internet. En las páginas dedicadas a la sexualidad femenina (no pornográficas, por supuesto, sino científicas!!!) encontrarán mucha data de utilidad.
B) Déjen que ella les muestre lo que sabe... quizás se sorprendan gratamente!

Las mujeres no somos ni tan complicadas, ni tan impredecibles como ustedes creen. Nosotras también tenemos la idea fija... pero disimulamos mejor. Hagan un pequeño esfuerzo por prestar atención y descubrirán que todo resulta más sencillo de lo que esperaban. Eso sí, siempre recuerden la Regla de Oro:

"Solidaridad, comunicación, respeto y RESPONSABILIDAD!"

Creer... o reventar

{ lunes, 14 de marzo de 2005 }
Hay cosas en la vida en las que hay que creer o resignarse. Por ello, y pese a mi fobia a los lazos de cierto tipo con el género opuesto, tengo que creer para disfrutar.
Tengo que creer que le gusta estar conmigo.
Que los términos de la relación - casual e incipiente - no implican que todo vaya a desaparecer de un momento a otro.
Que no soy tan fría ni tan dura como me gustaría.
Que, como sucede a todo el mundo, lo que me gusta en demasía se torna una debilidad. Y que a pesar de lo mucho que reniengo de las debilidades que ya tengo, y de la poca gracia que me causa tener una nueva... me puede.
Tengo que creerle a Ger cuando me dice que no puedo seguir así, y hacer caso omiso de la efusividad del comentario (porque tiene razón).
Tengo que creer que se puede dejar la reflexión para los crucigramas y aplicar la lógica del "Carpe Diem" para esto.

Y tengo que reconocer que creo.

Creo en la magia del instante, en su sutil abrazo. Creo en los momentos compartidos y en las noches desgarradas por la sombra de la persiana.
Creo en la ternura que se erige - revolucionaria y rebelde - dentro de mi armadura de acero templado.
Creo en mis ganas de estar, en las marcas de mis brazos y en el ancho de su espalda.
Creo en HOY, con todo respeto por MAÑANA, pero sin tenerlo demasiado en cuenta.
Creo en la química que se alza entre los dos, en el respeto que nos tenemos, en las coincidencias y en las diferencias.
Creo en cada beso, pero no como símbolo, sino como testimonio de una realidad palpable.
Creo en mí. En lo acertado de mi decisión, en la fuerza de mi determinación, en mi buen juicio, en mi capacidad para disfrutar de lo que pasa, en mi eterna dicotomía ansiedad - paciencia.
Esto puede durar mil años o evaporarse mañana, pero no importaría, porque lo fundamental es que - por sobre todas las cosas - creo ciegamente en que no puede hacerme mal... y, si lo hiciera, nunca superaría el bien que ya me ha hecho. Hay cosas de esta vida en las que hay que creer, o reventar. Y yo - que no tengo ganas de reventar - creo que es hora de pasar un muy buen rato. Y es exactamente lo que voy a hacer!!!!