Despidiendo el 2010

{ viernes, 31 de diciembre de 2010 }
Creo que no va a hacer falta que te pida que te vayas, pasaste conmigo suficiente tiempo como para darte cuenta solito de lo que tenés que hacer.
No, no me mires con ojitos de reproche... es verdad que me diste algunos momentos buenos, pero también es cierto que a fin de cuentas me decepcionaste mucho. Te llevaste unos cuantos sueños, me robaste un poco de ingenuidad y deshiciste ilusiones que me tomó muchos años construir.
Si tengo que poner todo en la balanza, es preciso reconocer que no sos el peor de todos, pero estás muy lejos de ser el mejor. No te alcanza para llegar a mitad de tabla, ni siquiera con gol de visitante valiendo doble.
Lo que más me duele es todo lo que me prometiste al principio. Cuando todo era nuevo y resplandeciente, me juraste un futuro mejor juntos y después - en la primera de cambio - te olvidaste de todo y me diste vuelta la cara. Ni siquiera llegamos a ver el Mundial, porque ya nos habíamos desenamorado mucho antes.
Y yo qué? Ah, nonono... no me vengas con pavadas! Di lo mejor de mí cada día, o por lo menos mientras sentía que valía la pena. Después... "qué importa del después"... si nadie pone fichas en una ruleta oxidada. Hice todo lo que pude por quererte, pero mis esfuerzos caían siempre en saco roto. Me diste una cachetada por cada beso, y eso no puedo olvidarlo.
Pero basta de explicaciones, ahora la historia es otra. Alguien nuevo se presenta en mi vida y elijo lo bueno por conocer por sobre lo malo conocido. Me voy a otra aventura, perdoname si te hago mal, pero es lo mejor para los dos. Quizás en otro momento puedas apreciar este pequeño y final acto de amor que representa el dejarte partir.
Andate, dejame sola. Dejame descubrir el futuro en los brazos de otro, dejame aprender lo que vos no fuiste capaz de enseñarme, dejame sentir lo que vos no me provocaste... dejame.
Los dos sabíamos que esto tenía que pasar, no se puede demorar lo inevitable ni postergar lo inminente, que se precipita sobre nosotros avasallando las más vehementes objeciones.
Tal vez en un tiempo sea capaz de recordarte con cariño, de sentir esa nostalgia dulce que dejan los seres queridos cuando se van, pero en este instante, me resulta imposible. Si algo nos quedó en el tintero, jamás podremos saberlo... nuestro tiempo juntos se agota inexorablemente.
Te dejo un beso, el agradecimiento por los escasos momentos felices que me regalaste y el deseo de logres desembarazarte de esa rutina asfixiante que te caracteriza. Con suerte, el que viene detrás tuyo tendrá más desarrolladas tus virtudes y menos acentuados tus defectos.
Qué fuiste en mi vida? Tristemente, un año más de tantos que vendrán.

Por un 2011 aventurero, próspero, espontáneo y lleno de logros! Salud!