{ sábado, 25 de diciembre de 2004 }
Querido Papá Noel:

Este año no he sido una buena niña, pues he dejado de ser niña. Sé que estoy grande para escribirte cartas, pero a fuerza de hacerlo cada año, creo que se me ha hecho un hábito.Mis pedidos de este año son bastante modestos. Quiero un abrazo sincero, que guardaré para un momento de tristeza; una ronda de mates para esas tardes de lluvia que reemplazará años de terapia freudiana; una pila de besos y abrazos para repartir entre las personas que quiero; cantidades industriales de esperanza para afrontar el año; un gran amor; millones de buenos momentos; diez o veinte sesiones de carcajadas - de esas que te hacen doler la panza - ; mucha paciencia, más de la que tuve este año, porque pienso que nunca es demasiada y sin embargo, siempre me quedo corta.Voy redondeando el pedido... mis viejos me dicen que pida muchas cosas para que vos puedas elegir entre ellas y decidir cuál dejarme, pero este año espero que me las traigas todas.Quiero alegría, sinceridad, respeto, perseverancia, pequeños éxitos y fracasos insignificantes. No te pido demasiado... ¿o si?

Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo!!!!

Veruk@

Noviazgos imaginarios (o Llegué tarde al debate)

{ }
Estaba diciéndole a Ger - via MSN - que ya no tenía ganas de escribir en el blog, mientras abría un Explorer para revisar las páginas amigas que, por alguna razón que mi yo consciente no podrá explicar, también tenía abandonadas.

Ya desconectada del universo invisible, me puse a leer los posts de Isabela - El novio imaginario (¿la solución del siglo XXI?) - y recordé algo que había leido en el blog de Ger: La novia imaginaria (u "¿Otro problema más para este siglo?"). Cotejando ambos, sonrisas mediante, algo parecido a una idea se agitó en mi mente... y aquí estamos, posteando de nuevo.

¿Se vale tener novios imaginarios?

Pues, yo diría que si. Aunque besar el aire ciertamente no es lo mismo que besar unos labios dulces y cálidos, de alguna forma todos tenemos un novio imaginario. Los románticos le dicen "Amor Ideal", los racionalistas "Pareja Compatible", para los angloparlantes es "The One" y mi Tía se empeña en decirle "Media Naranja", como si dos mitades de un cítrico pudieran unirse y formar un todo al mejor estilo Terminator 2.

Cuando decimos que queremos estar con alguien "extrovertido, celoso, simpático, alto, rubio, gordito, grandote, uruguayo, arquitecto, independiente, verde, rojo, gritón o maleducado" estamos construyendo una pareja imaginaria. Estamos explicando al interlocutor cómo es ese novio imaginario que vive en el "altillo" y que se va a la cama con nosotros cada noche.

Si la vida nos sonríe, es probable que encontremos en el camino a una persona que coincida con la descripción, con lo cual el novio imaginario dejará de ser "A mi me gustan los hombres / mujeres: (...)" para convertirse en Ricardo o Estela, según sea el caso.

Y aquí estoy, pensando cuán gratificante ha de ser tener una pareja de verdad, que colme mis expectativas y me permita bautizar a mi novio imaginario, que me inunde de dudas y me desborde con respuestas, que agradezca que - a diferencia de todas las mujeres - no tardo nada en arreglarme, a quien recordar que pronto será mi cumpleaños y que me perdone en silencio por no saber cocinar ni un huevo frito y por romper el lavarropas todas las semanas.

El silencio reina en la madrugada, pero en mi cabeza escucho una voz: "Vero, Vero, VEEEEEEEEEROOOO... andate a dormir que mañana es Lunes y tenés que trabajar!!" y mi sentido de la responsabilidad me trae de vuelta al Reino de la Gravedad. Tengo todos los argumentos para desafiar a la rutina, pero de nada sirven las excusas enclenques contra mi mano de acero, no obstante, mientras distraigo a Pepe Grillo con un astuto ¿Cómo me organizo mañana? esbozo esta conclusión: El problema no es tener novios imaginarios, sino NO tener novios reales... después de todo ¿quién no sueña con encontrar unos labios tiernos y fuertes dispuestos a unirse con los nuestros al dar vuelta a la esquina? Ahora, si nos descubrimos haciendole mimos a la almohada... es hora de comprar un muñeco inflable.

Anotá Pepe Grillo: Pasar mañana por el Sex Shop!!!!!!!!!