Sólo una cuestión de actitud

{ miércoles, 23 de abril de 2008 }
Estar enfermo es siempre una porquería, sea que se trate de un resfrío que nos lleva moqueando por la vida o de algo mucho más serio. Lo que es innegable es que no hay enfermedad más puta que el cáncer, especialmente cuando le toca a una de las personas que más amás en este mundo.
La pelea empieza con el diagnóstico e implica un enorme sufrimiento emocional y físico. Yo tuve la desgracia de conocer los efectos del cáncer de mama hace dos años, cuando se lo diagnosticaron a mi vieja. La realidad es muy distinta de los comerciales con logos de cintas rosas y explicaciones de cómo se hace el autotest mamario, porque detrás de cada cáncer de mama hay una mamá con cáncer.
Y saber que tu mamá tiene cáncer no es nada fácil de sobrellevar, es pasar 4 horas llorando frente al ascensor que viene del quirófano, es escuchar que le sacaron un pecho, es verla perder el pelo, verla sufrir cada vez que le ponen la guía para la quimio porque las venas están resecas, es saber que por más apoyo que uno quiera darle, a fin de cuentas la que tiene que poner el cuerpo para que corten, pinchen, inyecten, saquen y pongan es tu vieja. Esa misma que te enseñó a cantar "Qué linda manito...", la que te hacía la leche, la que te abrazó cuando te despertaste de una pesadilla, la que te defiende, la que te dice que todo va a salir bien de manera tal que no te queda otra más que creerle, esa mujer que hizo tu vida imposible de tanto quererte, hoy se juega la de ella... y vos no podés hacer otra cosa más que mirarla pelear y darle aliento. Es una verdadera mierda.
Sin embargo, cuando pasan la operación y la quimio, opera una suerte de renacimiento que es maravilloso. Mi mamá es una mujer extremadamente especial, que se tomó con humor, esperanza y decisión tanto su enfermedad como el tratamiento y hoy le toca reponer lo que el cáncer se llevó. Es hora de la cirugía reparadora.
Y una que sabe lo que significa el busto para las mujeres, más allá de la superficialidad y las vanidades, una que sabe que lleva en el pecho el signo más característico de la propia identidad de género, entiende que recuperar lo perdido es también haber vencido. Es haber dejado atrás la batalla por la vida y festejarlo de este lado, que no es poca cosa.
No es lo mismo entrar a hacerse una estética porque te lo pidió Sofovich para encabezar en la calle Corrientes que ir a recostarse bajo las luces del quirófano después de haber pasado por una mastectomía. A una la impulsa la proyección de futuro, mientras que a otra la acompaña la experiencia de haber superado el dolor y el miedo. Para pasar por una cirugía reconstructiva, es preciso que algo haya sido destruido anteriormente.
Por eso creo que la diferencia entre ganar o perder es - como dice Fito - sólo una cuestión de actitud. Alguien podrá pensar que lo que se destruye en estos casos es un pecho, la feminidad, la psiquis, el espíritu... pero para mí, ese "algo" es únicamente el cáncer.
Eso también me lo enseñó mi mamá.

Lo que ellas quieren

{ jueves, 17 de abril de 2008 }
A veces me pregunto si el interrogante persigue a los hombres tanto como ellos afirman. Será verdad que se la pasan intentando comprendernos o simplemente es uno de los tantos mitos baratos que circulan por ahí? Les interesará de verdad saber qué queremos, qué nos motiva y nos preocupa o les alcanza con descubrir una táctica que los deje a los pies de nuestra cama?
Yo creo que hay de todo en la viña del Señor, no obstante lo cual este espacio no fue pensado para que paguen justos por pecadores, sino todo lo contrario. En definitiva, este blog no lo leen tantos como para desequilibrar el Universo conocido, como sí sucede con el programa de Tinelli.
En principio me parece importante destacar que todos los seres humanos andamos - en más o en menos - detrás de las mismas cosas. Hombres, mujeres y todos los que hay en el medio, buscamos que nos quieran bien. Algunos se conforman con tener el cariño de un grupo de amigos, familiares, vecinos, compañeros de facultad y coworkers, y salen a reventar la noche porteña queriendo tapar con sexo el vacío que queda en el colchón en las noches hábiles.
Y no está mal que lo hagan, mientras no se crean que esa compañía ocasional y rotativa les va a servir para toda la vida.
Generalmente se supone que las mujeres somos las que quieren pasar del boliche al altar y los hombres los que únicamente anhelan concretar un escape silencioso a la mañana siguiente. No siempre es así, conozco varias excepciones y me incluyo personalmente en ellas, pero por ahora nos vamos a valer del cliché con fines didácticos.
Intentemos entonces explicar a los elegantes caballeros que leen estas líneas por qué está bueno tener UNA mujer con la cual compartir el devenir de sus días. Para ello es preciso ejemplificar con situaciones sencillas cómo se ve el mundo a través de los ojos de una novia en potencia.
En primer lugar, coincidiremos en que es mejor vivir ciertas situaciones de la vida con alguien que conozca las cosas básicas de nuestra persona, especialmente si somos alérgicos a la penicilina, fóbicos del orden, enamorados de nuestro auto o enemigos declarados del cine húngaro. En esos casos, tener al lado una mujer que nos conozca nos evitará recibir inyecciones letales de Amoxidal, amenazar de muerte a todos los que pisen nuestra casa si no usan posavasos, gritar a voz en cuello "NO SE FUMA EN MI 147" o tener que explicar a la gente del Centro Cultural por qué prendimos fuego la sala. De todos esos pormenores se ocupará la precavida señorita que los acompaña, valiéndose de miradas de advertencia, gestitos inconfundibles y - llegado el caso - de un buen codazo en las costillas del infractor sin que haga falta siquiera una mueca de parte del protegido.
En definitiva, la mina que se toma el trabajo de prestar atención y conocer las preferencias de su chico, lo hace porque es su forma de demostrarle que lo quiere de la mejor manera, es decir: como una madre primeriza.
Obviamente, si una quiere (nótese que nadie habló de amor hasta ahora) al hombre que tiene al lado, tiene ganas de pasar tiempo con él, de cuidarlo y de procurar que reciba la mayor cantidad de "caricias en el alma" que sea posible brindar. Esa es la chica que te deja devorar la parrillada para dos y se conforma con comer ensalada, aunque esté famélica. (Alguno lo había notado, muchachos?)
En consecuencia, y parafraseando aquello de "No le hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a vos", lo que nosotras queremos es que nos quieran bien.
Que nos cuiden como cuidarían a sus hermanas en las situaciones de la vida cotidiana. Que nos digan que estamos lindas sin que medien intenciones ocultas, que nos envuelvan de vez en cuando en un abrazo desprovisto de lujuria, que nos digan la verdad sin ser crueles, que nunca dejen de ser los que llevan los pantalones sin hacerse los machos de América.
Aunque no tengan ganas de ponerse de novios, está muy bueno hacer sentir que el mundo deja de girar cuando nos miran a los ojos.
Sí, ya sé... si no lo hacen no es porque no puedan, sino porque "las minas se enganchan y se piensan cualquiera", no??
Muchachos, no somos tan taradas!! Además, no será que nos enganchamos porque ustedes son los que no saben separar la caballerosidad del amor? Si nosotras aprendimos a separarlo del sexo, me parece que les toca a ustedes hacer un esfuercito. Hablando se entiende la gente... hablando con claridad.
Nunca falta la que no entiende ni aunque le pongan un pasacalle que diga "Mabel NO TE AMO!! Rubencito", pero esas mujeres no son de la clase que se preocupa por conocer al ser humano detrás de la testosterona, sino de la que busca enganchar a cualquier hombre que se le cruce, lo quiera o lo aborrezca. A mi tampoco me gustan las mujeres así!!!!Los invito a hacer la prueba, descubran qué se esconde detrás del maquillaje y del push - up pero, en lugar de pelearse con el broche, amíguense con la persona. Quién les dice, quizás hasta se descubran compartiendo la última tira de asado con una mujer que valga la pena!

Letras prestadas

{ jueves, 3 de abril de 2008 }
Paveando en internet me tropecé por mera casualidad con el texto que transcribo a continuación. Pertenece a un blogger que no tengo el placer de conocer, pero que escribe tan bien y me hizo reir tanto que tuve la necesidad de quienes leen lo que yo escribo puedan también leer esto.
Siguiendo estrictamente el protocolo aplicable cuando se difunden creaciones ajenas, dejo al pie de este post la cita correspondiente. Y sí... no me miren con esa cara!!! Es verdad, me vino como anillo al dedo para demostrar que no soy la única demente que usa este estilo para describir la realidad que vive! Y qué? A fin de cuentas, soy un ser humano, che!

"Los hombres tenemos algunas normas bastante implícitas y, si bien yo no me considero un hombre típico, muchas de ellas son absolutamente aplicables:
  1. El sexo viene antes que los amigos sin uso alguno de protesta por parte de los segundos. Las excepciones son hospitalarias o directamente mortuorias. Quizá alguna boda o depresión de un amigo que necesite acto de presencia y apoyo moral ameriten una excepción. Pero mayormente las excepciones son hospitalarias o directamente mortuorias.
  2. Las ocasiones especiales vienen antes que los amigos respondiendo estrictamente a ciertas reglas que las hacen especiales. Las efemérides de mes no son especiales, ni así sucesos tales como "el día que escuchamos ese tema de Luis Miguel en Pinamar y me dijiste que tenía las orejas más lindas del mundo", pero los aniversarios y cumpleaños directos sí (Entiéndase cumpleaños de la pareja. Los hermanos y padres de la pareja son negociables, pero nunca así los de cuñados/as o amigos/as de la pareja). El término de ausencia justificada es de +/- 24hs.
  3. Las actividades semanales preprogramadas con antigüedad de al menos un año (Entiéndase mayormente salida al bar -con amigos- o partido de fútbol semanal -con amigos o para apoyar al equipo del que uno simpatice) se exceptúan solamente por aniversarios (anuales) y cumpleaños de pareja. Otras excepciones son hospitalarias o directamente mortuorias.
  4. En caso de tener que decidir entre salir con uno/s u otro/s amigo/s (sin mediación de pareja, la cual -de cualquier modo- no tiene poder de veto en estos casos) definen el tiempo pasado desde la última reunión y la antigüedad/derecho de piso, en ese orden.
    Si un amigo convoca y no tenemos ganas de salir es totalmente válido el uso de la construcción "hoy ni en pedo" para declinar dicha invitación. Del mismo modo será inválida -y repudiable- toda protesta a dicho rechazo pasadas +/- 24hs de la invitación. Serán consideradas válidas otras construcciones que expresaren el mismo concepto, tales como "hoy ni mamado" y "ni que me venga a buscar la vigésimo tercera división de infantería Nazi".

Tómese en cuenta la antemencionada normativa como flexible toda vez que la carne sea débil. Nótese. Séllese. Archívese."

Texto posteado por Ale en No sex and the city y publicado por P. en No soy tu mamá (Excelente blog, por cierto)