Un cielo de lunas rotas

{ miércoles, 18 de mayo de 2005 }
Cuando una relación de culaquier índole se termina, indefectiblemente deja tras de sí un tendal de promesas rotas. Esas promesas que se hacen bajo la luna llena de una noche de verano, que nacen destinadas a no cumplirse o que -mientras dure la relación - poco importa si nunca se cumplen, porque son un símbolo. Pilares invisibles de un proyecto de dos.
Con el último adiós comienza el duelo. Algunos derramarán ríos de lágrimas en un intento por exorcizar del alma todos esos sentimientos que quedaron sin compartir con el otro. Otros harán una retirada silenciosa, mientras meditan cómo llenar las piezas faltantes del porvenir, que se llevó el ser amado. Unos pocos respirarán aliviados.
Pero todos, a la luz de la soledad y en compañía de la implacable memoria emotiva que tenemos los seres humanos, recordaremos esas promesas ingenuas con un dolor punzante. Evocaremos la voz que, entre penumbras y caricias, nos decía suavemente: "La próxima vez...", "Mañana...", "Algún día..."
Y volveremos a sentir su perfume, sus silencios, su respiración... por un breve instante sentiremos la esperanza de que nada concluyó, de que todo sigue igual.
Pero en algún momento hemos de abrir los ojos, miraremos el vacío y el vacío nos devolverá la mirada. Entonces, y una vez más, sabremos que estamos solos en el mundo.

Este post es para Sebi. Mi amigo, mi consejero, ese que tiene los hombros más anchos del mundo y que me los presta cuando me vengo abajo. Para vos, que me das la cara contra las verdades que no quiero ver, cuando menos ganas tengo de verlas... y que al mismo tiempo me das el abrazo más grande del mundo. Me quedo con tus palabras de esta noche. Y con un deseo para todos los que descubran que "son personitas" :
Ojalá nunca se rompan las lunas de los que se aman, ojalá alguna vez se termine para siempre la condena de los solitarios, ojalá se muera la pena, se seque el llanto de los corazones destrozados y amores nuevos nos regalen la esperanza que nos dejó por los que se fueron sin llevarnos con ellos.
Y a vos, por ahora te digo:
Gracias... buena suerte y hasta luego!!

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